miércoles, 30 de diciembre de 2009

Y Sí

No hay nada que hacer.
Te extraño España.

viernes, 25 de diciembre de 2009

Nota de Navidad

Dos amigos (hermanos entre ellos) echados, uno en el pasto, otro en una reposera.

M: Prestame los anteojos que quiero leer.
L: La concha de lora, me sacan la reposera, ahora los anteojos. La puta madre, toma.
M: Bueno, tranquilo boludo que en el futuro te voy a dar el transplante capilar.

jueves, 24 de diciembre de 2009

Hacer la plancha

El almanaque flaco, desvalido, me quiere decir algo. Se va, se va el dosmilnueve. Yo, que fui reina en otra patria, vuelvo mendiga a la tierra que me vio nacer. Yo, con la mente alterada y el corazón arrugado. Sin corona, sin europa, apoyo mis pies descalzos en este suelo quebrado de baldosas rotas. Y me arrepiento. Mejor hago equilibrio para no pisar, hago equilibrio para no caerme, porque mis pensamientos me convulsionan. Entonces me pregunto: ¿Sigo con un pie delante del otro sobre una cuerda sucia y deshilachada? ¿Sigo dando pasos lentos y débiles o retrocedo y retorno al nido que dejé vacío en aquel árbol de aquella península? Sería lindo volver a habitar ese nido, sería fantástico. Pero vos decime por qué esas últimas hojas del almanaque me ven acá, tan lejos de aquel árbol de aquella península. Por qué. Más te vale que sea por algo. Más te vale que vayan asomando rayos de sol en mi vida a medida que avance el año que viene. Mas te vale que enganche, que conecte con esta ciudad, que los aires sean buenos. Que estas turbulencias amainen, que la torre de panqueques se achique, que la cuerda se limpie, que mi cuerpo deje de tambalear. Todavía quedan días por masticar encerrados en ese paréntesis que abarca la semana post navidad y pre año nuevo. Y abiertamente anuncio que viviré esos días flotando en un mar calmo y tibio, sin otra actividad que me emocione más que hacer la plancha, sin rollos, sin enredos, sin recatos: la plancha.


lunes, 21 de diciembre de 2009

Todo tiene un final

Las plantillas ortopédicas que necesito y me hago la boluda. La caminata que me agota. La gente que me choca en la avenida Corrientes, me choca en la Avenida Santa Fe. Las bolsas que entorpecen el camino del peatón. Las bolsas de cartón con moños que guardan regalos para el arbolito. Los regalos que encierran algún motivo y los que no tienen motivo alguno. Las vidrieras coloridas. Las promociones. La nueva tienda Movistar que enceguece. La bikini que necesito y no me alcanza. La entrada de Piaf que no compro. Las canciones que canta mi hermano bajo la ducha. El nido que hizo una paloma en mi ventana. El derpa que quiero alquilar. Los Papa Noel que adornan el living de mi casa. La casa que no alquilamos para el verano. La planta del pie plano que me jode. El ruido que me hace la panza. El calor que derrite mi cuerpo. El aire que no enfría. El pelo que no me crece. Las uñas que no me pinto. La ciudad que extraño. Los recuerdos que invaden mi mente. El corazón que se me encoge. La nieve que cae en Europa. La piel que se me eriza. Las calles que no camino. Las luces que no veo. Las fiestas que no me copan. Los sentimientos encontrados. El punto final que no llega. El fin de año que llega. La última frase: Que me aligeren la carga.

miércoles, 16 de diciembre de 2009

Torre de panqueques

Qué difícil es mantener la mente sana cuando se esta desocupada. El pensamiento es mucho mas uniforme cuando la cabeza está pendiente del trabajo. Hacer esto, luego lo otro. Cumplir objetivos.
Ordenar ladrillitos. Uno arriba del otro. Armar, desarmar, resolver.
Pero cuando el tiempo libre se nos viene encima, plaf, los ladrillos se convierten en en una torre de panqueques. Todo se tambalea, se encorva, se ablanda. Irremediablemente una empieza a ocupar esos espacios vacíos con cuestiones que incomodan, con tormentas que mojan demasiado. La cabeza se vuelve una jungla, los remolinos se potencian, el ruido se agudiza y claro, los panqueques se caen.
Todos nuestros pensamientos superpuestos, enredados como un cable de teléfono anudado.
¿Qué se hace?
Se ojea una revista, se agarra la computadora, se ordenan los cajones, se compran cosas, se ve televisión, se habla por teléfono, se sale a correr.
Uno descarga metiéndose de lleno a hacer actividades que distraen pero en el fondo del fondo se siente esa ligera cosquilla molesta como una sirena de ambulancia lejana que trata de hacerse oír.
Si la escuchamos capaz está bueno. Vamos panqueque por panqueque delicadamente, los desmenuzamos en pedacitos, lo masticamos y quieras o no, la torre se va haciendo cada vez más pequeña.


domingo, 13 de diciembre de 2009

Vote for Pedro


Hoy conocí a esa persona. El mono salvaje. El guardabosques del parque Pereyra Iraola.
Pedro. Que a 4 años, 3 meses y 13 días de ese comercial, tiene la misma barba y vive en un mundo verde rodeado de coníferas, arbustos y animalitos silvestres.
Sin dudas, el hombre más encantador que vi en mi vida.

martes, 8 de diciembre de 2009

Desaparición Involuntaria

24 días. Desprotección. Sabor amargo.
Dolor en el pecho.
Condolencias.

Linda Amiga

la que me escribió este sms:
Es muy lindo buenos aires si se lo mira con ojos de turista.

Konextados

Seres humanos exaltados
Percusión a todo volumen
Buena vibra ambiental
Chicos lindos con rulos
Litros de cerveza en vasos
Olor a porro constante
Viejo ebrio y desdentado
Agitador de masas con rastas
Masa agachada por completo
Culo de persona en mi cara
Agobio por espacio reducido
Vacas hacinadas en establo
Amiga que se niega a bajar
Risa y ganas de mear
Gritos del escenario
Orden de levantarnos
Saltos de las personas
Descontrol, pogo, empujones
La Bomba del Tiempo

domingo, 6 de diciembre de 2009

Échale leña al fuego Candela

¿Cómo será el pezón de Madre Candela ahora que dejó los hábitos? Seguro que más bello, seguro que los dos más erectos sobre unos pechos menos blancos y más prominentes.

La monja que daba clases de catequesis en mi colegio, la monja que miraba con cara de culo al alumnado de niñas inocentes, la monja que despertó de un largo y retorcido reposo. Realmente me alegro por ella que pasó tantos años adentro de esa túnica gris y ese convento aburrido.

Lo fabuloso del asunto es que la hermana no enganchó a un hombre cualquiera, sino, y qué otra cosa podía ser, a un cura ex obeso. La piba conquistó a otro ser semejante pero con pito. Tenía que ser así. Rompedor por los dos lados. Bien por ellos que se liberaron de esas sotanas espantosas y se aventuraron al placer de la carne.

Ahora, qué pasa si ahondo en el proceso que se dio para que esta pareja se enamore. ¿Ella sería su monaguilla mientras él promulgaba su sermón en una misa? ¿Él sería su confesor? ¿Habrán estado presentes en un mismo retiro espiritual? ¿Habrán misionado juntos en alguna zona rural de alguna provincia argentina? ¿O habrán participado de alguna actividad solidaria en una villa miseria? ¿Cómo habrán entablado contacto? ¿Ella habrá abierto primero su corazón o primero las piernas? No, conociendo los bueyes no.

Calculo que conectaron después de charlar un buen rato de la creación, de algún pasaje bíblico o de algún referente católico que los apasione a ambos. Calculo que habrán tenido un eye contact largo e intenso y que una vez que se entendieron con la mirada empezaron a desenmarañar sus historias personales. Calculo que habrán coincidido en muchas cuestiones y que se hacían las mismas preguntas existenciales. Calculo que no les alcanzó con entenderse hablando y quisieron descontracturar la química con un apretón de manos sentido. Calculo que las manitos apretadas los debe haber excitado y que tanta descarga eléctrica los debe haber descontrolado. Calculo que se sacaron los taparrabos con los dientes y que lo hicieron ahí mismo, sobre el pasto de un terreno baldío de una zona rural o dentro de un confesionario o en el baño de algún colegio católico. Se nos fue la mano habrán dicho con caras culposas. Y ahora qué hacemos se habrán preguntado con tono trágico. Estuvo bueno habrán pensado los dos.

Y habrán resuelto abandonar sus cuerpos en encontronazos ocasionales impostergables no solo por la pasión sino por lo prohibición que los caracterizaba. Y se habrán convencido de que vivir así no los satisfacía, que volver a vestir esos atuendos y a dormir en esas camas solitarias era triste, que el deseo era cada vez más urgente y el amor cada vez mas verdadero. Y así las cosas, habrán decidido que era mejor retirarse de ese claustro rígido, frígido y conservador.

Adiós, habrán dicho. Nos amamos.

Y se habrán besado esa noche en la que se despidieron de sus mundos piadosos. Y se habrán regodeado bajo las sábanas con el entusiasmo de dos amantes que supieron vencer las adversidades, con la felicidad de haber consumado el amor a esta altura de la vida, tal como habrían hecho Abelardo y Eloísa si hubieran vivido en otro siglo y bajo otra doctrina.

viernes, 4 de diciembre de 2009

jueves, 3 de diciembre de 2009

Salida: depilación

Padre tiene piedras en el riñón. Padre se pone una bolsa de agua caliente con cara de sufrimiento. Madre se altera por presencia diurna de padre en casa. Se altera más al mediodía. Hermano adolescente afirma: Me llevo cuatro. ¿Cómo? Igual que el año pasado (alza los hombros). ¿Y eso es algo que te enorgullece? ¿Te parece bien llevarte 4 materias? Hermano aparta la mirada y suspira. Vas a ir a lo de Cris para que te ayude a estudiar. No, pero Cris es para matemática. No, Cris sabe todo, vos llevale todas las carpetas. No, mamá, me tengo que ir hasta Barracas. Yo puedo estudiar solo. No se habla más, te tomas el colectivo y estás enseguida. Bueno pero hoy voy a futbol. No, a las 5 te espera Cris. Bueno, futbol es a las 2. Ay chiquito chiquito, como jodés. Vuelve hermano de futbol. No puedo caminar boluda. Yo le digo, qué te pasa. Me doblé el tobillo. ¿En futbol? Si. Uy, mamá te mata. Llama a madre al celular. Madre grita. Padre recuperado del riñón lo lleva a la guardia. Placa. Esguince. No puedo apoyar el pie. No puedo ir a lo de Cris vieja. Te tomas un taxi querido, ir vas a ir. Yo me tomo ibuprofeno. Me explota la cabeza ma. Ay qué día, Dios mío qué día. Descuelga el teléfono de su mesa de luz, se le resbala y golpea un pequeño florero que cae al suelo y se rompe en mil pedazos. Noooooo. Yo no lo puedo creer. Charco de agua del florero en el piso. Madre se agarra la cabeza. Yo me dispongo a retirarme del cuarto. Doy un, dos, tres, cuatro, cinco pasos. Salgo de la habitación. Uf. Entro en mi cuarto. Me tiro en la cama. Escucho detenidamente la clase de inglés que está recibiendo mi hermana menor. So, let´s read it again. Ask you permission, no your permission. Is that clear? Me levanto incómoda. Agarro las llaves. Llamo al ascensor. Grito CHAU. Y me voy de mi casa. Entro en la peluquería y me refugio en el subsuelo. Jorgelina para depilación, escucho. Salvame, salvame Jorgelina.

martes, 1 de diciembre de 2009

Que martes, Sofía!

Un martes primero de mes que amanece soleado. Una chica que despierta ilusionada. Una mañana de deporte en el Rosedal. A las nueve de la mañana Sofía tiene los patines puestos. Pasea con su amiga. Habla mientras se desliza por un camino estrecho. La mente en cualquiera y traca trca trac, al piso. Aterriza primero con el pecho, despues con la pera, por último con las manos. Uh. Qué dia. Un desconocido sale al rescate. Sofía se levanta. No se ríe. Frunce los labios, arruga el entrecejo. A la guardia ya. En el hospital la atiende una médica. 5 puntos en la pera. Venda. Raspón en el hombro. Venda. Rayas rojas en el pecho. Crema. Qué golpazo te diste. Farmacia. Pomadas. Antitetánica. Mañana caótica. Sofía revolucionada. Pasan cosas. Exámenes, dietas. Caída. A la hora del almuerzo se pone a rallar zanahorias y cita a la médica de guardia que después de comentar el incidente y de hacer las recetas le dijo: Ahora hay que levantarse.