sábado, 31 de octubre de 2009

Sábado 14. 15 pm. Mi hermano de 15 años aparece en escena en busca de comida. Abre la heladera y ve un zapallito relleno:
M.: - La puta madre
yo: - Comete un sandwich
M: - Ni en pedo
yo: - De milanesa!
M: - Chupame la pija

jueves, 29 de octubre de 2009

Qué cosa che!

Ayer mi hermano cumplió años. 23. Madre preparó cazuela de pollo y puso la mejor vajilla, como si a los amigos de mi hermano les importara comer con platos de porcelana más que con los de plástico. Cuando ya estaban a la mesa, madre se dispuso a servir la comida.
Agarra un plato y mira con ojos atónitos que sobre el plato que estaba debajo del que ella sostenía habia un fangote de dólares. Macarena, Macarena. Macarena vení. Y mientras los muchachos hablaban unos encima de otros me acerco para ver la evidencia de que mi madre no solo está haciéndose vieja sino que es obsesivamente cuidadosa con el dinero. Me dice guardatelo y sigue sirviendo la cazuela.
¡Madre por favor! ¿Qué es esa manía de guardar verdes entre los platos? ¿Que es esa distracción tan grande? ¿Tendré que ponerme a escarbar dentro de las macetas? ¿Tendrás que asumir que se te vino el viejazo encima?
Madre se reía entre preocupada por su desliz y divertida por su descubrimiento. Debe ser algún alquiler que cobramos con tu padre por el departamentito el último verano. ¡Qué cosa che!
Fue una escena tragicómica sin desperdicio. Pero hubiera sido mejor que más distraída aun, hubiera servido la cazuela sobre los billetes, y que un muchacho al azar comiera hasta el último bocado y encontrara debajo del pollo con arroz esos ahorros escondidos. Aunque fuera 28 y no 29, y aunque fuera arroz y no ñoquis, el tipo se hubiera ganado la lotería.

miércoles, 28 de octubre de 2009

Ahora

Ismael escribió para mí. Su voz me canta mi realidad.
Gracias Patita por hacerme llegar este tema :)

martes, 27 de octubre de 2009

Mancha

- MMancha que reina en el centro de mi pecho y que no quiere irse con ningún producto de limpieza. Mancha terca, que no piensa dar el brazo a torcer.

viernes, 23 de octubre de 2009

Existencialismo

Que no me pregunten más

Qué vas a hacer de tu vida

Que no me miren más con caras compasivas

Que no me digan las palabras curriculum

Boliche, agenda, régimen, crédito,

Que se hagan los boludos.

Padecer los síntomas del abandono

Del destierro de la distancia

Es algo que no solo inquieta

Sino que agobia y desanima

Es pensar en Madrid a cada rato

En las horas pico del metro

En la voz del portero

En que se acerca el invierno

Allá es bonito el invierno

Es que el tiempo no te importe

Ni el sol ni la lluvia ni el cielo

Que no te importe la marca

De la almohada en tu cachete izquierdo

Cualquier dia a las cinco de la tarde

Que no te importe la mancha

Del vestido blanco que te cubre

Ni el cordón desatado de tu bota usada

Que tampoco te importe viajar

Como sardina en un colectivo

Que prefieras quedarte hablando

Hasta honduras y humboldt

Con el hombre que conduce, es decir,

Con el colectivero

Es pensar en qué piensan esas madres jóvenes

Que caminan con sus cochecitos y

Que esperan amontonadas en la puerta

De un jardín o un colegio

Es caminar porque sí donde quieras

A la hora que mas te guste

Y ver pasar a la gente

Que es argentina como vos

Es envidiar sus caminos

Que a algún lado conducen

Es odiarlos un poco

Porque ellos, algunos de ellos

Parecieran no tener cuestionamientos

Como los que yo tengo

Siendo el más recurrente y el más evadido

¿Qué voy a hacer de mi vida?

jueves, 22 de octubre de 2009

miércoles, 21 de octubre de 2009

Solita y sola

No es fácil estar sentada en el sillón del departamento de tu familia, con las rodillas contra tu pecho y los pies descalzos. No es fácil porque el tiempo -que es extenso - se burla de vos mirándote en silencio desde la televisión apagada, la persiana baja o los vasos vacíos de la noche anterior. Entonces apoyás la barbilla en tus rodillas y te vas haciendo más pequeña a medida que los minutos avanzan. Y en el momento exacto en el que el minuto que marca las seis de la mañana se consume, sentís una pelota en el pecho que te perturba mucho más que el silencio que reina en la televisión, en los vasos o en la persiana baja. Sentís que tu cuerpo te incomoda, que te vas a derrumbar, que te pesan los párpados como dos sacos de té mojados y abatida por la noche que se transforma en amanecer, cerrás los ojos y te quedás dormida. La luz que entra por las grietas de la persiana anuncia la mañana de un domingo radiante y Argentina despierta sin que nadie se entere de que adentro de un departamento amplio, de un edificio sin gracia, de una cuadra fría, de un barrio paquete, de una ciudad inquietante estás vos hecha un ovillo de lana en medio de sueños que se enmarañan en tu inconsciente. Sueños que sin avisar a nadie, te estiran las comisuras de los labios y forman una sonrisa de niña.

martes, 20 de octubre de 2009

Quisiera algún día tener una cita con mis miedos y preguntarles que es lo que tanto les gusta de mí.

lunes, 19 de octubre de 2009

Furioso minuto
de palabras sin sentido
que tuve que apagar
con un beso en la boca
que te hizo callar.

viernes, 16 de octubre de 2009

Madrid - Buenos Aires

Está bueno volver.
A pesar de que el avion se movio justo cuando atravesamos Brasil tanto que se suspendio el servicio de comida, de que una azafata se descompuso, de que un niño vomito a mi lado y de que me terminó abanicando un azafato, está bueno volver.
A pesar de que saludo a la gente con dos besos, de que no se quien es Zaira Nara, de que vi a Romina Ricci por la calle con una melena rubia a lo marylin, de que mi hermano de repente maneja, de que mi hermanita me saca una cabeza, de que no me acuerdo el telefono de mi celular, de que tomé un cafe de 7 pesos, de que me cruce con una compañera del colegio paseando hija en cochecito, de que pienso que existen monedas de 2 pesos, de que no haya papel higiénico en los baños públicos, de que el portero no me reconoce, de que duermo en el anexo del cuarto de mi hermana de 11 años y de que aprieto siempre el 4to en vez del 5to piso en el ascensor, está bueno volver.
Buenos Aires está bueno.
Hay un cielo despejado, un grupo de amigas que me quiere, una casa que no me cobra alquiler, un plato de comida todas las noches y una familia unida. Hay en mí ganas de buscar cosas, pero sobre todo de encontrarlas. Hay en mi proyectitos dando vueltas. Hay en mi horas que llenar, ideas que pulir. Hay en mi veinticinco años y hay en mi incertidumbre.
Es que todavía no asimilo que no es un viaje de visita, que este viaje es definitivo, que vine para quedarme, que van a pasar los meses, que soplan otros vientos.
Y aunque soy consciente de mi condicion de desarmada, creo que está bueno volver.

domingo, 11 de octubre de 2009

Este no es un asunto frívolo

No da loco. Ayer caché esta publicidad en la tele y en horario de protección al menor.
Ellos se preguntan si importa el tamaño, yo me pregunto Cómo es posible este anuncio.
Por favor mírenlo y saquen sus propias conclusiones.
Igual, como dijo la mamá de un amigo, yo al gordo le creo.

Noche de Tropiezos

Sol, Gran Vía, Tribunal, Bilbao, Iglesia, Ríos Rosas, Cuatro Caminos, Alvarado, Estrecho, Tetuan, Valdeacederas, Plaza De Castilla
12 estaciones de metro le quedaban por delante a la 1.30 am de una noche que se le terminaba, un sábado que se acababa de ir.
Entró sola al metro vestida como una reina, tenía hasta un lazo en el pelo. Se sentó en frente mío con cara de nada, o mas bien cara de tengo una borachera polémica y no se como disimularlo. La mirada fija en cualquier lado.
Yo estaba terminando el libro de Fresán, me quedaban dos paradas y zas! La chica con cara de yo no soy yo soltó un vómito consistente, se formó un charco en el piso, ella siguió vomitando y la gente se apartó espantada. Mis zapatitos marrones de 7 euros se mancharon las puntas.
La chica con la cabeza baja y las piernas abiertas dejando lugar al pequeño charco. Hablo al vagón: Eh, nadie tiene un agua??? El vagón respondió que no con asco hasta que uno sacó una carilina. La chica limpió su boca y con la misma carilina intentó limpiar su bolso vomitado. Su cara, más perdida que nunca, me mira y le digo: Hacia donde vas? "Pza Castlla" Le quedaban 4 y me bajé pensando que estando su casa cerca y su pedo aminorado, aunque le cueste, iba a llegar sana y salva.
Me bajo y entro al Gourmet, la sucursal de empanadas argentinas donde estaba un grupo de amigos viendo el partido de Argentina. Casi sin hacer ruido agarro una silla y la despliego, esas de lona en el traste y en el respaldo. Me siento justo cuando un peruano mete gol, pienso soy yeta. A los 3 minutos palermo se corona santo con una patada al arco y me tranquilizo. Festejamos y luego hablamos de la noche de anoche, del marplatense que hablaba de tú y no de vos, del fiasco que resultó ser y digo: una radio el pibe, por favor qué pesado y zas! (segundo zas de la noche) me caigo al vacío, atrapada dentro de la silla que se quedó sin lona. Sin poder creerlo pienso que eso me pasa por criticar al marplatense. Los otros entre tentados y asustados me ayudan a salir del encierro y digo: no, pero me están jodiendo. Y hablo con el dueño, el que está atrás de la barra que me dice: te hiciste daño? Me hice mierda boludo, decime si es que estoy excedida de peso o si la silla es una cagada. "Para, cual agarraste? La que estaba plegada atrás de la planta?" Si, esa. "Uh no, yo la habia dejado apartada porque esta rota, la lona casi no esta agarrada de los palos." Bueno, que puntería la mía. Y casi le digo, imbécil hubieras estado mas atento y me ahorraba semejante golpe, mirá que ahora respiro y me duele. Había un médico amigo que me vio con cara de tengo la costilla rota y me dijo que no era nada, que no me preocupe. Pero tengo un moretón divino en la espalda, del lado derecho que si me giro me duele...Igual el barman trató de remarla y nos trajo un chupito invitacion de la casa. Lo huelo y pienso es una joda. Pacharán me trae el chabón. La bebida con la que casi me muero hace unos meses de coma etílico. Antes de que suba la naúsea aparto el vaso y le digo a Marina: tomate el mio.
Siendo las 3 de la mañana prefiero retirarme a mi aposento, echarme en la cama y quedarme con la noche que tuve antes de la 1.30 de la mañana, esa noche de sábado en la que cené cuscús con mi amigo Andres, su mamá y sus dos tías, que vinieron de visita desde Azul, provincia de Buenos Aires. Ese sí que fue un momento agradable.

miércoles, 7 de octubre de 2009

Puta amígdala encubierta

Una amiga me dijo
" te aviso que lo de la garganta quiere decir algo"
¿que decís Angie?
"mirá, yo tenía un homeópata que me tiraba la posta,
eso de las amigdalas inflamadas es que tu cuerpo te está hablando"
Y cómo, ¿que me quiere decir?
" son cosas, cosas que tenés ahi guardadas y no salen,
entonces por eso la garganta se te pone mal y se enferma"
Después de escuchar eso me quedé pensando
que será lo que no digo
que cosas se quedaron ahi atoradas
ahi adentro del ganglio izquierdo
ese que está inflamado y rojo
No lo sé, en estos momentos no se nada
sólo pienso que mi boca se calla cosas
y que no puedo dilucidarlas
(¿me domina mi inconsciente?)
Pero mejor que salgan
porque ya van 6 días de dolor
y me jode mucho
Sea lo que sea, que salga
Yo después me hago cargo
Lo prometo

lunes, 5 de octubre de 2009

Viajar sola por Europa

Cargar una mochila más grande que una

Caminar por instinto

O seguir un mapa

Dormir con extraños

Hablar en inglés

Escuchar idiomas sin entenderlos

Visitar a un amigo en París

Pedir un baguette s´il vous plait

Fumar marihuana holandesa

Chocarte con más de un ciclista

Comer un sándwich de mierda

En cualquier banco o banqueta

Dormir en el tren

Conocer mochileros varios

Que con diferente origen

Viajan por todos lados

Ser dueña de tu tiempo

Recorrer a tu antojo

Ir a la casa de Ana Frank

O al Museo Van Gogh

Pasear por el Barrio Rojo

Llegar a Berlín

Abrir grandes los ojos

Subir al Reichtag

Hacer un free tour

Sentarse en el bunker de Hitler

Tragar con dificultad

Tocar un cacho de muro

Ir a Sachsenhausen

Entrar a un barracón

Sentir el frío del cuerpo

De cada prisionero

De cada campo de concentración

Conocer a Paula

La chica de LA Paternal

Beber cerveza alemana

En una casa de artistas

Ver la ciudad de Praga

Su puente y su catedral

Perderme en Mala Strana

Ver la estatua de Kafka

Comprar pequeñas mamushkas

Versión llavero y collar

Escuchar la campanada

De las ocho de la noche

Que marca el reloj astronómico

Con sus doce apóstoles

Cruzarse con dos argentinas

Desayunando en el hostel

Que mientras untan tostadas

Manipulan un control remoto

Y buscan, desesperadas,

Telefé Internacional

En la televisión checa

Mirarlas con cara de culo

Marcharme a la estación

Pisar una Viena imperial

No terminar de apreciarla

Salvo por tres cosas:

El Barrio de los Museos

El Consultorio de Freud

La Opera, la de verdad

Ir a un concierto de música

De Mozart y de Strauss

En el medio pellizcarme

Para poder acreditar

Ir al Danubio Azul

Que me parezca una cagada

Nada que envidiarle

Al Rio de la Plata

Volver a París

Andar por Montmartre

Subir al Sacre Coeur

Tomar un café con Rai

Abrazarlo y despedirlo

Hasta quién sabe cuando

Viajar a Madrid

Bajar en Chamartín

Besar al ruludo

Sacarse la mochila

Sentirse en casa

domingo, 4 de octubre de 2009

¿Sacamos pasaje?

La exaltación del Buen Rollo, dónde sino en Brasil.

sábado, 3 de octubre de 2009

La Conmoción del Final

La piba todavía no entiende el giro que dio su vida, pero lo agradece.
Ella nació en democracia, se crió en una familia tocada por una varita mágica. Una de esas familias en donde rebalsan las caricias, los juegos, las risas y los viajes. Una de esas familias enmarcadas en el molde tradicional de la clase media argentina en donde los dias transcurren con una armonia casi exacta. La familia compuesta por madre padre y 4 hermanos la malacostumbró a un ambiente ruidoso y en continuo movimiento. El creciente bienestar economico la malacostumbró a educarse en un colegio privado regenteado por monjas, a una casa con piscina y a muchos veranos en punta del este. Palermo Viejo la vio crecer, pero ella prefería moverse por Recoleta, donde residían sus amigas, las del colegio privado, a una cuadra de distancia una de otra.Fue una suerte que ella empezara a leer libros de la Biblioteca Billiken y que tuviera tres hermanos varones que se entretenian peloteando en el patio, porque mataba su tiempo leyendo en su cuarto de princesa, hasta que se le cansaban los ojos. Pero mas suerte tuvo cuando a padre le empezó a ir bien en su trabajo nuevo, no porque hubiera alfajores en todas las meriendas, sino porque un buen dia le propusieron mudarse a España.
Ella venía arrastrando cierto aburrimiento, cierta incomodidad en su territorio, pero eran sensaciones parciales, que no llegaban a manifestarse de lleno. Hasta que padre desembuchó la noticia, con ojos temerosos, en una reunion familiar arriba de la cama camera. Entonces ella sonrío, inevitablemente, mientras sus hermanos ponian cara de circunstancia. La piba encontró en esa novedad la salida que estaba incubando su interior hace un buen rato. La universidad la estaba terminando, la carrera no terminaba de fascinarla y la mudanza iba tomadno cada vez un color mas intenso. Y así fue como ella se fue en un viaje relámpago a acompañar a padre a España para familiarizarse con su capital. El primer contacto le gustó, se aferró al mapa y caminó hasta el cansancio mientras padre se instalaba en la nueva oficina. Volvio con alegría y lo unico que hizo fue esperar a que la casa estuviera lista. Y un 11 de enero del 2007 ella se subió al avión que la llevó a un hogar desconocido al que no tardaria en encariñarse.
Y de manera fugaz, ella se encuentra un poco perdida, sentada frente al ordenador una tarde de otoño en Madrid, 2 años y 10 meses después de ese aterrizaje.
Ella ahora tiene el pelo más corto, el carácter más manso, la mente más ávida, los pulmones mas llenos, los pasos mas firmes, las palabras más masticadas, el pensamiento mas entrenado, el espiritu mas libre y el corazón más abierto.
En 2 años y 10 meses las cosas cambiaron. Su familia volvió a Argentina y ella se quedó. Y ahora ella siente que la ciudad le pertenece, mucho más que aquel distrito porteño por el que solía deambular en medio de un grupo de polleras cuadriculadas. Ella se moja los labios con las típicas cañas madrileñas y ensalza su paladar con tortilla de patatas y croquetas de jamón. Ella respira el olor a primavera que envuelve el Parque del Retiro, y toca la nieve que cubre las calles y las plazas en enero. Ella pasea en la bici que maneja su chico y desde el asiento de atrás mira las fachadas de los edificios que se elevan torpemente en el barrio de Lavapiés. Con ese mismo amor que conoció en la plaza de Santa Ana el día que cumplía 23 años, ella camina de la mano por la calle Orense y por las calles que conduzca el azar. Ella lee mientras anda, o mientras anda lee porque no hay nada que se lo impida. Lee en el metro o en el colectivo, lee incluso en la tienda donda trabaja. Ella descubre la Biblioteca Central, adonde cada semana se acerca, para buscar nuevos autores que la cultiven. Ella saca fotos con su camara trucha a todo lo que brilla, un cartel, una estatua o una simple baldosa. Ella conoce gente, de todas las edades: un mozo, una guionista, un abogado, un vendedor, un dibujante, una publicista, una cantante, un músico, una masajista, una familia, una luchadora, una escritora, un actor, una actriz, una estudiante, una secretaria, un arquitecto, un fotógrafo, una paisajista, una directora de coro, una maestra, un oficinista, una pintora, una comerciante, un bailaor, una diseñadora. De Quilmes, de Burgos, de Jerez, de Pamplona, de México, de Adrogué, de Azul, de Buenos Aires, de Lima, de Minas Gerais, de Dublin, de La Rochelle, de Roma, de Sevilla, de Tres Arroyos, de Oviedo, de León, de Zaragoza, de San Fernando, de Entre Rios, de Chascomús, de Rosario, de Nantes. Ella conversa con estas personas, en medio de mates, milanesas, tintos de verano, cervezas y ensaladas, en bares de Malasaña, de Arguelles, de Huertas o de Salamanca. Las charlas son ricas, profundas, empáticas, mayoritariamente bellas. Y juntos hablan, andan, comen, beben, ven peliculas, viajan, leen, nadan, bailan, cantan, brindan, chusmean, van a conciertos, a museos, a centros culturales, miran, ríen, lloran, consuelan, animan. Juntos viven y sobreviven.
Ella revuelve en su mentecacerola todas aquellas caras y voces, todos aquellos barrios y bares, todas aquellas estaciones de metro, esos nombres de calles, esas plazas y parques. Y claro, ella se pregunta dónde, ¿dónde habrá una Casa Encendida, un Museo del Jamón, una Plaza de la Paja, una calle Fuencarral, una Glorieta de Bilbao si no es en Madrid? ¿Dónde se celebrará San Isidro, San Juan, San Fermín, la feria de abril si no es en España? ¿Donde va a escuchar Próxima estación San Bernardo, tenga cuidado de no meter el pie entre coche y andén? ¿Dónde comerá paella, setas, solomillo, pan con tomate, morcilla de Burgos, queso manchego, jamón serrano, patatas bravas si no es en este país? ¿ Dónde existirá un Pantano de San Juan si no es a una hora de Madrid? ¿Habrá algún bar como el Azul, Nanai o el Palentino en otro lugar? ¿Habra chinos vendiendo celveza, abanicos y sombreros en alguna otra plaza que no sea la 2 de Mayo o la San Ildefonso?
Y ya sabe, la piba ya sabe, que la dolorosa respuesta a todas estas cuestiones es un clarísimo no. Y ya sabe que ese no encierra muchas lágrimas y sentimientos encontrados. Y ya sabe que no le queda otra que tragarse esa añoranza de un bocado, por mucho que cueste. Porque dejar Madrid no es fácil, porque volver a Buenos Aires es díficil. Porque todas esas memorias que se adhirieron como abrojos a su vida, toda esa tristeza que las engloba, son el sello de unas vivencias que la embellecieron y la hicieron crecer.
Y si ella se pregunta ¿que es lo que queda por delante? Ella sabrá darse cuenta de que sin pedir permiso, hizo y deshizo a su antojo, y que por más alborotado que haya sido el fluir de los acontecimientos, ella se fue construyendo un mundo emocional e intelectual incomensurable. Y todo ese camino andado en este espacio de tiempo deja huella. Por eso volver tiene un encanto especial, porque la chica que se fue no es la misma que regresa. Y esa chica tiene ganas de redescubrir Buenos Aires, de arrancar nuevos estudios, de instruirse social y políticamente, de iniciar proyectos, de visitar bares, cafés y bibliotecas, de escribir todos los días, de encarar nuevas relaciones, de participar en eventos culturales, de mirar con otra óptica.
Ella tiene hambre de otros abrazos y otras reuniones, de otros recorridos y otras comidas, de otra casa y otras costumbres. Es evidente que readaptarse va a ser un proceso duro para ella, obstaculizado por los lazos cortados y los sitios lejanos, que burlarán sus emociones.
Por eso ella escribe esto, ahora que la inminencia de los días se hace más palpable, ahora que siente que Madrid, como la arena, se le escurre entre los dedos. Ella se quiere convencer de que Madrid no se le escapa, de que los recuerdos no se fracturan, de que las distancias no se padecen. Ella prefiere pensar que las ciudades se llevan dentro de uno y que el desprendimiento físico no va a poder vencer al vínculo emocional.
La piba prefiere esperar otro giro que la engrandezca.