jueves, 28 de enero de 2010

Quien podrá enredarme el pelo y desenredarme los ojos. Quien, invitarme un martes a tomar una cerveza. Quien mierda, quien, cantarme una canción con la guitarra. Cancelar una reunión para quedarse, besarme sin avisarme. Quien podrá arrastrarme a una playa sin nombre, rascar con sus manos mi espalda. Quien, meterse bajo mis sábanas, leerme buenas letras. Quien, cortarme el aliento, apretar mi mano, partirme al medio. Quien podrá hablarme con voz de cascabel, despertar las mariposas dormidas en mi panza. Quien seducirme, sospechosamente embriagarme. Quien podrá, me pregunto realmente, extasiarme.

martes, 26 de enero de 2010

Se necesitan poetas

No importa lo malos que sean, que escriban dos perlas son tus ojos, no importa. Lo importante es que escriban y que nos saquen una sonrisa o una lágrima, pero que nos conmuevan.
Es raro, pero es Coca Cola quien lo propone.
Y yo lo difundo, porque me gusta que se promueva, de cualquier manera, la poesía.

lunes, 18 de enero de 2010

Weekend Costero

Entradas para Ku. Bunge. Libertador. Entradas para Ku. Pasos cortos. Me toca la gente. Me acosan los tarjeteros. Entradas para Ku. Playa a última hora de la tarde. Viento. Buzo con capucha. Artesanos vendedores. Arena fría. Mar. El cuerpo encogido de Miranda. Su voz que habla de esperanzas y de frustraciones. Su pelo negro. Gaviotas desparramadas por el cielo. Entradas para Ku. Calle Gaviotas. Empanadas calientes. Vino tinto. Cuentos que salen de la boca de una señora santa y de un señor gordo, y santo también. Llega, por fin, Anamá. Te estábamos esperando ansiosas. Ya es de noche, dice. Viajó 7 horas. Come empanadas, se acomoda el pelo. Salimos al centro. Entradas para Ku. Entradas para Ku, chicas. Cervezas. Juana, la loca, nos acompaña. Brindis. Se casa Juana. Chin chin. Arriba hay una feria. ¿Entramos? Después. Entramos. ¿Consumimos? Y dale. Bolso, remera, anteojos de sol. Sueño de viernes agotador. Calle Gaviotas. Pijama y a la cama, sin escalas. Anamá no me hagas reír así. Dormimos. Amanecemos. Nubes que nos cubren. Gretel, casa de té. Desayunamos. Café a 45 grados, dice el mozo. Se hace el gracioso, se entromete. Ya fue mozo. Es muy temprano. Cortado para mí. Vigilante y dos medialunas de manteca. Vacía la Bunge a las 10 de la mañana. La Santa invita. La Santa maneja el Corsa y nos vamos. A Gesell nos vamos. No hay más entradas para Ku. Hay un departamento en una Colina. Limpio, acogedor, madera, mimbre, lámpara de cuero. Mantecol. Hay nubes también en este cielo y unas gotas de lluvia, de a ratos. Hay un asado en un jardín que tiene bancos verdes y blancos. Hay una niña bonita con nombre hermoso. Joaquina. Se le sale su primer diente. Se lo arranca, de un pispas, la Santa. Joaquina sonríe con su agujerito dental. Miranda saca fotos. En la playa, abajo del muelle, también saca fotos. Está nublado, la playa mejor mañana. Bondi al centro. Bueno. ¿Corrientes y Pueyrredón? No, cierto, Gesell. Multitud. Colapso. Entradas para Pueblo Límite. ¿Pueblo Limite esta noche chicas? Evasión. Paseo de los artesanos. Aritos, cuadernos, marcos, sahumerios, vinchas, mochilas, quiero todo. Un cubanito al menos sí. Antojo satisfecho. Ellas se debían un pebete de salame, auténtico. Bondi de nuevo. Pubertad amontonada. Gritos. Intolerancia. 129. Abajo. Ahora sí eh. Scrabble. La Santa nos destroza, sabe latín, sabe títulos nobles, sabe todas las reglas. Me como un Havanett y maldigo el juego. O no, maldigo las letras que me tocaron. Podría armar un apellido checo con esas letras. Bronca che. Segunda oportunidad. Tampoco. Sin éxito. ¿Comemos? Tallarines. Stella Artois refrescante. El Hijo de la Novia en la tele. No decidimos si verla o no. Nos callamos y masticamos la pasta mientras vemos a Darín hecho un pibe y nos derretimos con sus dotes actorales. Algún día, suspira Anamá. Algún día. Termina la peli. Ponemos otra. La prometedora. 500 días con ella. Se arrellana una en la cama, la otra se arrellana más y se duerme en la mitad. Anamá abre sus ojos inmensos en cada escena. No, la mato. Queremos matar a Summer. Y a Tom también, pero de otra manera. Tom sufre y se ilusiona, sufre y se ilusiona al mismo tiempo. Quiero un Tom que me parta al medio. Quiero un Tom que muera de amor por mí. Pero tambiñen quiero actitud de Summer. No me entiendo. ¿Es coincidencia o es destino? Puta. Mañana seguimos el análisis. Dormimos y de repente, es domingo. Hay sol, hay playa, hay un calor sofocante. Hay mar pero hay aguavivas. Mierda. Joaquina sin diente nos moja con su balde. La aguatera le decimos. Caminamos. Pies descalzos. Almorzamos. Rabas no, decimos, son caras. Ensalada, que también era cara pero ya la habíamos condimentado. Calor. Agua. Vuelta al hogar. Revistas, libros, charlas. ¿Coincidencia o destino? Escribamos. Elijamos palabras al azar. Salieron cosas lindas, ¿vieron? Subsuelo, sahumerio, casillero. Quedamos el martes y la seguimos. Me baño. Se bañan. Últimas fotos en el balcón. La luz está buenísima. Amontonadas pero buenísima. Son las 6 y media. Vamos yendo. Terminal. Montemar a Pinamar. Me voy. Plsumar a Buenos Aires. Se van. La Santa nos abraza. Miranda me abraza. Anamá me abraza. Lindo fin de semana. Ese que pasé en Gesell.

jueves, 14 de enero de 2010


Late, incierto, mi corazón. Y mis párpados laten, cuando te miro. Arde y muere mi sistema nervioso. Por unos segundos todo muere. Hasta el perro que pasa caminando por la vereda vacía. Hasta las baldosas mueren. Debe ser eso. Tu voz, o tus ojos o ese maldito lunar al lado de tu boca. Y mi piel se vuelve ridículamente blanca. No me llames por mi nombre, no me roces. No me preguntes como estoy, porque, sencillamente, no estoy. Podría culparte pero no. Te pido que te vayas, que cierres tu boca, que no respires. Andate. Prefiero no verte para no morir. Aunque siga viviendo oxidada, andate.

(Imagen: Robertita)

miércoles, 13 de enero de 2010

Perturbada

No es, solamente, que me perturbe cada ronquido del señor obeso que se sienta a mi lado en el buquebus. Es, también, la máquina de peluches deprimentes que funciona con trampa porque las pinzas no sujetan bien a los muñecos y entonces los niños se desesperan y los padres los calman comprando mas fichas y siguen probando frustrados porque nunca llegan a atrapar esa ilusión convertida en pato deforme o chancho indefinido. Es, también, la irritante vocecita de la hija de Vicky Fariña que le pide a su mamá que no la deje sola frente a la maquina adictiva de juguetes truchos y el total desapego de esa madre modelo que ante los reclamos de la nena ordena a su niñera que por favor se ocupe de su criatura. Es, también, la gente que sale atropellada del free shop con bolsas llenas de perfumes y chocolates y dolares en sus bolsillos. Es, también, el dolor de cabeza que me acecha y el mareo que me produce el movimiento del barco. Debe ser, también, el presente que se escurre adentro de esa máquina a vapor y los minutos que faltan para llegar a Buenos Aires. Es el ligero pánico que me produce pisar tierra firme y seguir sintiendo mareos. Es, sin lugar a dudas, volver de las vacaciones.

lunes, 4 de enero de 2010

Algo es

Será que me acuesto a las 8 de la mañana desde que empezó el año. Será que como a deshoras. Será que no espero nada de las noches de verano. Será que bailo sin que nada me importe, que me meto al mar sin gritar, que simplemente soy yo. Será porque mi familia es llamativamente hermosa, que veo la puesta de sol en una playa pequeña, casi cala, sin gente y sin voces. Será que leo buenas letras, que piso buena arena, que hablo con quien sea. Será que el 2010 me cierra, que el número par me seduce. Será que me mudo en un mes a un barrio bonito. ¿Qué será? ¿La buena dosis de alcohol que corre por mis venas? ¿La carne uruguaya? ¿La convivencia con 14 personas? ¿Las sandalias que me quedan cómodas? Yo no se que será pero hay algo que percibo. Es inspirar abriendo los pulmones al cielo, es tragar una bocanada de aire nuevo, es cerrar los ojos al lado del mar, es extender los brazos y por fin, expirar.
Es salud. No es otra cosa.
Es que no me de miedo el signo de interrogación que se me viene encima, por más grande que sea.