lunes, 17 de septiembre de 2012

Lo dijo Discépolo


Resulta que antes no te importaba nada y ahora te importa todo. Sobre todo lo chiquito. Pasaste de náufrago a financista sin bajarte del bote. Vos, sí, vos, que ya estabas acostumbrado a saber que tu patria era la factoría de alguien y te encontraste con que te hacían el regalo de una patria nueva, y entonces, en vez de dar las gracias por el sobretodo de vicuña, dijiste que había una pelusa en la manga y que vos no lo querías derecho sino cruzado.
¡Pero con el sobretodo te quedaste! Entonces, ¿qué me vas a contar a mí? ¿A quién le llevás la contra? Antes no te importaba nada y ahora te importa todo. Y protestás. ¿Y por qué protestás? ¡Ah, no hay té de Ceilán!
Eso es tremendo. Mirá qué problema. Leche hay, leche sobra; tus hijos, que alguna vez miraban la nata por turno, ahora pueden irse a la escuela con la vaca puesta.
¡Pero no hay té de Ceilán! Y, según vos, no se puede vivir sin té de Ceilán. Te pasaste la vida tomando mate cocido, pero ahora me planteás un problema de Estado porque no hay té de Ceilán. Claro, ahora la flota es tuya, ahora los teléfonos son tuyos, ahora los ferrocarriles son tuyos, ahora el gas es tuyo, pero…, ¡no hay té de Ceilán! Para entrar en un movimiento de recuperación como este al que estamos asistiendo, han tenido que cambiar de sitio muchas cosas y muchas ideas; algunas, monumentales; otras, llenas de amor o de ingenio; ¡todas asombrosas!
El país empezó a caminar de otra manera, sin que lo metieran en el andador o lo llevasen atado de una cuerda; el país se estructuró durante la marcha misma; ¡el país remueve sus cimientos y rehace su historia!
Pero, claro, vos estás preocupado, y yo lo comprendo: porque no hay té de Ceilán. ¡Ah… ni queso! ¡No hay queso! ¡Mirá qué problema! ¿Me vas a decir a
mí que no es un problema? Antes no había nada de nada, ni dinero, ni indemnización, ni amparo a la vejez, y vos no decías ni medio; vos no protestabas nunca, vos te conformabas con una vida de araña. Ahora ganás bien; ahora están protegidos vos y tus hijos y tus padres. Sí; pero tenés razón: ¡no hay queso! Hay miles de escuelas nuevas, hogares de tránsito, millones y millones para comprar la sonrisa de los pobres; sí, pero, claro, ¡no hay queso! Tenés el aeropuerto, pero no tenés queso. Sería un problema para que se preocupase la vaca y no vos, pero te preocupás vos. Mirá, la tuya es la preocupación del resentido que no puede perdonarle la patriada a los salvadores.
Para alcanzar lo que se está alcanzando hubo que resistir y que vencer las más crueles penitencias del extranjero y los más ingratos sabotajes a este momento de lucha y de felicidad. Porque vos estás ganando una guerra. Y la estás ganando mientras vas al cine, comés cuatro veces al día y sentís el ruido alegre y rendidor que hace el metabolismo de todos los tuyos. Porque es la primera vez que la guerra la hacen cincuenta personas mientras dieciséis millones duermen tranquilas porque tienen trabajo y encuentran respeto. Cuando las colas se formaban no para tomar un ómnibus o comprar un pollo o depositar en la caja de ahorro, como ahora, sino para pedir angustiosamente un pedazo de carne en aquella vergonzante olla popular, o un empleo en una agencia de colocaciones que nunca lo daba, entonces vos veías pasar el desfile de los desesperados y no se te movía un pelo, no. Es ahora cuando te parás a mirar el desfile de tus hermanos que se ríen, que están contentos... pero eso no te alegra porque, para que ellos alcanzaran esa felicidad, ¡ha sido necesario que escasease el queso! No importa que tu patria haya tenido problemas de gigantes, y que esos problemas los hayan resuelto personas.
Vos seguís con el problema chiquito, vos seguís buscándole la hipotenusa al teorema de la cucaracha, ¡vos, el mismo que está preocupado porque no puede tomar té de Ceilán! Y durante toda tu vida tomaste mate! ¿Y a quién se la querás contar? ¿A mí, que tengo esta memoria de elefante?
¡No, a mí no me la vas a contar!

sábado, 1 de septiembre de 2012

Lo que agosto dejó

A mi me gustan las personas en general. Me dan igual sus genitales.

Mi casa está buena si le ponés un container abajo y le tirás todo lo que tiene adentro.

Conocí a un tipo, no sabés.
Contame.
Es el típico macho argentino de los noventa.
¿Un Gustavo Bermudez ponele?
Diste en el clavo.
Bueno, un Gustavo Bermudez francés, garpa.

Vivo negándolas, pero cuando pienso en las desigualdades del mundo me agarra una angustia horrible.

Yo soy fiestero profesional.

Vos acordate que nosotras tenemos una fortaleza.
¿Cuál?
No somos taradas. Y los hombres saben que somos pocas.

Tu vida traspasa los límites de mi cerebro.

Yo de pequeña tenía fobia a las hormigas.
¿En serio?
Vivía en el campo, ¿entiendes lo que te digo?

Lo bueno del sol es la sombra y lo bueno del invierno es la calefacción. ¿No?

Yo creo que vos te crees que estás dañada y por eso te fijás en chicos dañados para sentirte comprendida. Pero no te equivoques, la gente dañada no tiene tantas ganas de vivir como vos. Vos no estás dañada.

El boludismo es trasnacional, no se preocupen.

Che, ¿y si tranzamos?
Dale, ¿y volvemos a los noventa?

Es una pena que ahora la sinceridad se haya convertido en provocación.

¿Que tal están tus hermanos?
Pablo muy bien. Ignacio regular.
¿Por qué?
Con decirte que en casa uno planta tomates y el otro, al lado, marihuana.

No podría estar nunca con un español.
Pero vivís acá hace cuatro años.
Es que no puedo, un tipo me dice guapa y lo escupo.

Diego Torres es yeta. Le canta al Papa  y se muere, canta en el mundial y perdemos. Posta te digo.

¿Vos cómo hacés cuando estás mal?
Yo, nada, cojo el coche y conduzco por el monte. No molesto a nadie y me curo solo.
Tengo que aprender de vos.

¿Por qué es tan linda la luna me decís?
No se, pero es hermosa.
Yo a veces me vuelvo a casa caminando y la saludo. Pero no con la mente, me paro y la saludo con la mano.
¿Ah, sí?
Es que no sabés lo que la quiero.

Si la gente que me rodea es feliz, yo soy feliz por default.

¿Podés creer que me encontré a mi ex en Berlín?
¿Por qué pasan esas cosas?
Porque la vida es una concha.

Muero por verte. Tomar una birra y charlar. Eso. Nada más.

Mc Donald´s es arte.

Te ha dejado mal la peli.
Sí.
Es que es muy dura.
Pasa que vos tenés que entender que allá las villas son así. Eso que viste no es ficción. ¿Entendés?
Ya.

Boluda, estuve tres días con el pibe y recién el ultimo me di cuenta de que le faltaban cuatro dedos de la mano.
No, dale.
Sí, tenía solo el pulgar, te prometo
¿Le faltaba el 90% de la mano y te diste cuenta después de garchártelo?
Te juro que parecía que me tocaba con diez dedos, no con seis.

En fin. Hombres.
Si fuéramos caracoles seríamos tanto más felices.

¿Cómo puede ser que seamos once minas en el elenco y el monólogo en tetas me lo de a mi?
Tremendo.
Me parece innecesario subirme por primera vez a un escenario y que toda la gente que me venga a ver conozca mis senos.

Qué feo es dejar a alguien cuando los dos se quieren.
Sí, más cuando tenías todos los ingredientes. Una putada.

Imagínate lo pretensiosos que son los mexicanos que hasta tienen un insulto para ello.
¿Cual?
Mamón.

Che, ¿cómo se hace?
¿Qué cosa?
Terminar besándote con alguien. Yo antes era un putón pero ahora no puedo enfrentar el momento del beso.
Es que ya no somos adolescentes.
Claro, necesito que me hables, que tengamos algo en común, si no, en serio, no puedo.

Mi amante está re fuerte: dientes tipo Mariana Fabbiani y un pitito como un teléfono Nokia.

Estoy enamorándome de Pucho el de Vetusta Morla.
¿Le viste los dientes?
No.
Bueno, busca dientes pucho vestusta morla en google y después decime.

El extraña lo que le falta. No me extraña a mi.

¿Cómo hacés para tener tantos novios?
No sé, supongo que es actitud. Pero no te creas que está bueno. Es un estrés mental.

Hay que follar con feas.
Pero son feas.
Pero se entregan mucho más joder, tío, déjate de estupideces.

Lo dejaste.
Sí. Dijo que le parecía injusto que no le haya dado pistas.
¿Pistas? Si eras un puto cartel de neón encendido coño.

Ustedes cuando odien a los argentinos tienen que saber que odian a los porteños, ¿entienden? Los porteños somos lo peor. Odien a los porteños.

En China no hablan tanto inglés, ¿eh?
¿No?
Fui a pedir un map al metro y no me entendían. No les estaba pidiendo un ibuprofeno, les estaba pidiendo un map.

Me di cuenta que la gente de pueblo termina muy mal.

Le llevo esta camisa a mi vieja. Seis euritos y quedo divina..
Pará. ¿Cuánta plata te regaló para el viaje?
600 euros. Sí, soy una hija de puta.

En cualquier momento me echo un novio imaginario. Bueno, Kevin Johansen ya es mi novio imaginario.
No me digas.
Sí, la semana pasada era Woody Allen.

¿Y que tal en la discoteca?
Casi me follo a uno en el baño.
¿Y qué pasó?
Le vi el anillo.

¿Vos de donde sos?
Peruano.
¿Estás seguro?
Bueno, viví tres años con una argentina, comparto piso con un chileno y hace cuatro años que estoy en Madrid. Pero sí, soy peruano.
Mira vos, yo pensé que eras mexicano.

¿Y no estuvieron con un ningún chinito en el viaje?
Yo soy propensa a probar todas las culturas pero los chinos no.

Yo no se pero cada vez que escucho hablar a los argentinos sonaís super inteligentes.
Es la labia que engaña, no te creas eso.

Vi a una chica que me gusta el otro día y no sabes lo buena que está. Mucho más que antes.
¿Y qué onda?
Nada, solo la salude. Pero por facebook le dije que la había visto luminosa.
Dejate de joder.