lunes, 27 de enero de 2014

Asteroides

Me mudé hace unos días a una casa hecha de materiales más modernos. La bauticé Asteroides por las explosiones que producen cuando chocan con la tierra, porque los posts van a ser recomendaciones sobre piezas artísticas que me impactaron como asteroides. Una analogía muy boluda ahora que lo pienso bien. Da igual. La idea es contagiar el arte que me conmueve, despilfarrar humildes reseñas como semillas pero en un terreno digital. Hoy estoy trabada. Mejor sería que pases y veas de qué se trata esto que tanto me cuesta explicar: Asteroides

jueves, 23 de enero de 2014

2014

Empezó el año. En seis meses voy a tener 30 años. Lo escribo para empezar a asimilarlo: Treinta. Un edad, ante todo, peculiar. Ya no hay excusas: he crecido, soy adulta. Sigo sin tener una cuenta bancaria, pero soy adulta. Mis amigas tienen sus propios departamentos y yo todavía me traslado de un continente a otro, cargando una valija deforme con mis pocas y humildes pertenencias. Mi alma tiene unas patitas débiles que oscilan en una soga sostenida a lo largo del Atlántico. Sus pequeños pasos avanzan y retroceden pero a pesar de su delgadez, las patitas todavía están firmes sobre la cuerda gastada. Ya van siete años de caminar para adelante y para atrás en busca de nuevos vientos. Casi se cae, el alma, más de una vez. Y ha llegado a arrastrarse. Pero ahí está, todavía. Treinta años. Se supone que hay muchas cosas que ya tienen que haber tomado forma a esta edad. Y eso es lo que muchas veces marea mi alma. La disolución de ideas complejas pero maravillosas. El abandono de proyectos hermosos. El miedo que gobierna la mente. Por eso es importante este año. Porque todavía quedan seis meses para mi cumpleaños. Porque se gestaron embriones imaginarios muy potentes. Y queda un camino por recorrer, un entusiasmo apremiante, un deseo por ver y tocar lo que esos embriones prometen. Me gusta el doz mil catorce. Creo que es el año donde el terreno más preparado está para concretar ilusiones.