sábado, 17 de mayo de 2008

Susana Salada

Susana protestaba. Su jueves había sido fatal. El principal motivo era: madrugar un feriado. En Madrid se celebraba San Isidro y las calles estaban desnudas. Encima había mucho viento. (¿Por qué hace frío en mayo?) Se dirigío a la casa de su primer alumno: Corentin. Aquel niñito francés de 6 años de edad era una efervescencia dulce y a la vez, insportable. Luego de soportar una hora y media de lectura, pronunciación, horcados, abrazos violentos y payasadas multiples, Susana partio a Las Rozas donde la esperaban no un niñito de 6 años, sino una docena de niñitos de 6 años, de caritas expectantes, alaridos constantes y una hora para lograr entretenerlos en su clase de inglés. Claro, en la periferia de la ciudad no se celebraba al santo Isidro. La dinámica surtió efecto y los niños estuvieron participativos y equilibrados. Afortunadamente, el autobús no tardo en llegar y allí Susana durmió la siesta que se merecía. Había dormido 4 horas. Su novio, Luis, la había despertado esa madrugada, nauseabundo y un poco afiebrado, asique partieron al hospital más cercano donde le hicieron el electrograma y las típicas preguntas pertinentes. Tiene diarrea, cuántos vómitos, qué temperatura, dónde le duele y lo que sigue. Se despertó en el intercambiador de Moncloa y tomo el metro, 9 estaciones hasta Diego de León, que le sirvieron de repaso para la clase que le esperaba. Leyó las hojas que había preparado para Bacilio, el jovencito de patillas largas que espera aprobar el examen de la semana próxima en la Complutense. Otra hora y 30 minutos, pero llevados de otra manera. Esta vez no había que imponer autoridad ni corregir con marcador rojo y caritas felices. Esa noche, aceptó ir a las Vistillas y cansinamente, partió con Luis y el padre de éste. Anduvieron a paso lento por la peatonal que abarca el Palacio Real al costado y llegaron cuando el concierto había terminado. Había resabios de figuras juveniles con cerveza en mano y mucho olor a porro. Una lástima perderse a la banda musical...
Pero el viernes sería otro día y tambien habría celebraciones y música por doquier. Recuperada y ya despojada de clases, Susana se pasó el viernes caminando por la Gran Vía, visitando librerías, bibliotecas y tiendas diversas. En la calle Orense visualizó un Starbucks y se detuvo. "Hoy es el día", se dijo para sus adentros. Ya habían pasado 5 meses desde su llegada a España y todavía no se había dado el gusto de tomarse el café más delicioso de todos los tiempos. Pagó 4 euros, 40 centimos por su café caramel medium size y espero a que la llamen por su nombre. Inhalo el aroma, y se fue sin probarlo, encantada de llevar en sus manos aquel café portatil. Orgullosa de merecerlo. Entró en la casa de su suegro, a 30 metros de la cafetería. Allí estaba su novio, instalando la nueva biblioteca del escritorio de su padre. "Mirá lo que tengo", le dijo Susana enseñandole el vasoimagenvisual de la compañía. "Habra azucar, verdad?, preguntó ansiosa Susana. "Como no, en la cocina", dijo Enrique. Con mucha ilusión, le echó una gran cucharada y sorbió. Le subió el vómito y escupió el glorioso café de 4 euros, 40 centimos en la pileta de la cocina de sus suegros. ¿Cómo podía ser posible que le hubiera echado sal en vez de azúcar? Miró el vaso, lleno, casi intacto. ¡Que ironía! Ahí quedo su recompensa, su ilusión, completamente salada.
Por la noche comió pizza y partió denuevo a las Vistillas. ¡Esta vez si! El escenario ya estaba vacío pero la gente se multiplicaba por las escaleras y la plaza y el pasto y la fuente. Se encontró con amigos, conoció gente nueva, bebió cerveza y mojito cubano (¿cubano?), bailó al son de trompetas rimbombantes y tambores y agitaciones de cuerpos aledaños. Sonrío para la foto que le estaba por hacer Luis. Fue un viernes festivo y simpático. Atrás quedaba el maldito english coffee con sabor a sal y caramelo.

1 comentario:

L dijo...

Makaaazzzz ¡¡¡Que alegría que llegaste al cibermundo para entintarlo todo!!!
Me siento totalmente identificada con Susana, a mi eso de la sal/azúcar me pasó mínimo...7 VECES...
p.d: me encanta ser parte de listas tan adorables como la del post anterior,chilorichhh jeje.
p.d.d: you rock rule mon amie, besis porteños!