sábado, 27 de marzo de 2010

El Rey Azul

Cuando se dio cuenta de que Azul le quedaba chico, decidió armar la valija y viajar a Buenos Aires. Estuvo unos años probando pero no le terminó de convencer la porteñada, entonces rescató su sangre italiana y con pasaporte en mano voló a Barcelona y siguió probando, pasó por Madrid también y vendió maquillajes y collares, luego indiscretamente a Tokio con valijas para toda la vida y una japonesa prometedora pero volvió a las dos semanas, luego París en busca del amor que después de 3 años se deshizo, entonces por qué no, Madrid que es como estar en casa. Y ya está, ahora me toca Londres, dice. Meto el inglés y estoy, oime. El quinto idioma con treinta y pico, garpa. Confieso que me llegó a decir alguna vez que se iba a la sierra, al medio de la montaña de Málaga o a algún pueblito vasco, pero no, yo no le creí. Es que es un chico de ciudad por donde se lo mire, le queda bien el cemento en sus pies, el ajetreo, la vida cosmopolita, el ruido de la gente. Por eso me encanta que me llame cinco meses después de que dejé Madrid y me diga: Hola chuuuuura! Tengo 1000 minutos para hablar. Y si me llama desde España con esa intro es porque los 1000 minutos merecen ser gastados. Me cuenta que Madrid no le mola tanto aunque siempre vuelva, que no va más, que ahora decidió volver a migrar y esta vez: Londres. Me encanta que me anuncie su nuevo destino, me encnata que me diga Londres, pero mas me encanta cuando empezamos a chusmear. Es lo que mejor sabemos hacer. Chusmeamos de lindo, hablamos el mismo idioma. Y como hacíamos en la tienda donde trabajábamos juntos me habla de las clientas y me dice: No, pero si esa señora NO ESTÁ NADA BIEN. Y no, esa señora no garpa. ¡Y a esa cómo le alcanza! Igual, decile que se olvidó de tomar la pastillita. Tiene serios mambitos dandole vueltas al marote. Y con la voz de Alfredo Casero me dice: Tenés que hacer algo de tu vida. Saltamos de un tema a otro sin hilarlos. Me tira frases como: Ahora que no fumo pienso que mis ideas son más ciertas que las que tenía antes, me la creo más ¿entendés? Me hace reír. Me canta la canción mexicana, la que dice: Con dinero y sin dinero, hago siempre lo que quiero. Solo que la cambia y canta: Sin dinero y Sin dinero, hago siempre lo que quiero. Me hacer acordar a las canciones que bailábamos en la tienda. Todos los viernes And I say no, no, no con los mismos movimientos de Amy Winehouse. Me dice: Gordo con la mano en el bigote y la voz de Juana Molina en Juana y sus hermanas.Gordo, cada vez que se equivoca o hace algo mal. Le cobré mal a la señora. Gordo. Me colé en el metro. Gordo. No le paré de hablar. Gordo. Creo que rompí el anillo. Gordo.Y yo remuevo las anécdotas y extraño al muchacho azuleño, ese muchacho tan guapo y tan argentino a pesar de vivir hace 10 años en Europa. Ese chico que sigue shirando y rompiendo corazones, que sigue cantando a cualquier hora del día, ese morocho bombón de zapatillas coloridas que aunque ande sin dinero, hace siempre lo que quiere y aunque cante desafinado, siempre, sigue siendo el Rey.

4 comentarios:

Miranda Malasaña dijo...

Sin dinero y sin dinero!!!!
Fue lo mejor! Me lo imagino con cada cosa que escribis makita. Andrelo es unico! Que ganas de que venga de visitaaaaaa!!!!

Makuni dijo...

Que ganas de salir los tres juntos no? Ya me lo estoy figurando! Un equipazo.

FRAN ORIVE dijo...

me rei macarena! no se de quien hablas, pero me rei todo!!

Anónimo dijo...

Hola Maki! Me estoy poniendo al día tus cuentos.
Me reí mucho leyendo esto, lo describís tal cual, sos un genio!! Deseale suerte en Londres, y que siga cantando!!!! Voy a copiar su buena onda!! :) Manu