martes, 6 de abril de 2010

Un rosarino seductor

No hay forma. Cuando coincido con mis hermanos en el playroom de mi casa, no hay forma de escapar. Se ponen los tres (el más grande con camisa y corbata después de una jornada en tribunales, el del medio con jean rotos y remera informal de estudiante universitario, el menor con uniforme de colegio) en el sillón blanco y se enciende la tarde. Y cuando toca el timbre algún amigo de ellos con docena de medialunas, se enciende todavía más.Y ma si, me digo con el bolso en el hombro y el abrigo en la mano, que me importa el teórico práctico de teoría literaria, yo me quedo. Y me hago un lugar en el brazo del sillón, me saco el bolso, me desprendo del abrigo, me como una medialuna y me conecto con el partido de futbol de turno. El Barca no me va a defraudar, Messi no me va a defraudar. Y claro que no, en cuartos de finales de la Champions los equipos son palabras mayores. Las mujeres no entendemos de futbol, dicen, pero yo miro a Messi quebrar caderas, correr desenfrenadamente, hacer un caño al arquero, meter 4 goles y bailar con la pelota adeherida a sus pies y entiendo todo. No puede ser, grita mi hermano, este pibe no puede ser real. El otro se agarra la cabeza: Es una clase de futbol. Y el más chico dice: yo falto a entrenamiento. Y la televisión tiembla con cada festejo. Tiemblo, un poco, yo al ver tanta locura en el estadio, en las reacciones de mis hermanos, tanta locura en la cara inocente y feliz de un chico que supo seducir al mundo entero y llevarselo por delante. Y sí, me emociono, che, me deslumbro con tanto juego, con tanto talento en los pies de un pibe que no podía crecer. Me pongo en la piel de él, y me pregunto si entenderá algo, si comprenderá lo que su figura significa, lo que conmueve su imagen a sus 21 años de edad. Y pienso que loco ¿no? Que mortal debe ser causar tanta sensación, que inflamado uno debe tener el pecho. Y vuelvo a pensar, entonces, en su mundo redondo, en su mundo pelota y en las ganas que tengo de que esa pulga humana brille en el mundial. Para que otras personas, mis compatriotas, también griten y se agarren la cabeza, también salten y se desencajen de felicidad, también renuncien a sus compromisos, para que otras televisiones tiemblen y otros cuerpos se sacudan ante cada gol y cada poético movimiento del delantero argentino del Barca o del número 10 de la selección nacional.

3 comentarios:

Pez Susurro dijo...

me gusta la imagen de tus hermanos y tu haciéndote un sitio en el sofá...

Mesi es un crack.
Y tu manera de percibir tu alrededor...

preciosa.


Besos redondos. ;)

SofiCasti dijo...

Que linda imagen en tu casa los 4 viendo a messi! la verdad no tiene desperdicio. genial mak!

Makuni dijo...

gracias pez y sofi.
besos ¿cuadrados?
ja!