jueves, 29 de abril de 2010

Almudena Grandes

Es grande Almudena, grandota. Y tiene la voz raspada, como Sabina pero en mujer. Sus respuestas son largas, las palabras justas, como si estuviera leyendo, no se traba, no dice muletillas. Dice que empezó a escribir por culpa del futbol. Dice que de pequeña, los domingos en su casa eran siempre alrededor del futbol. Como habia una sola tele, una sola transmision y un solo canal, los partidos eran sagrados y ningun niño ni ninguna mujer podía interrumpir a su padre y a su abuelo frente al televisor. Por eso las mujeres hablaban susurrando en la cocina y a los niños los encerraban a pintar. La poca habilidad para dibujar, la hizo, por aburrimiento, ponerse a escribir cuentos con tan solo 8 añitos de edad. Y me enternece que hable de sus comienzos como narradora. Y me interesa, también, que hable de España, del lento despertar de la memoria histórica. Compara la transición con una raya en el suelo que separa la España polvorienta, antigua y oscura con la España luminosa, moderna y multicolor, una simple raya que había que saltar fuerte, con todos los pies adolescentes a la misma vez, con todo el peso de una juventud que cayó tan fuerte que borró la raya y se olvidó de esos cuarenta años tortuosos, porque tenían ganas de salir corriendo, de no volver a pensar en el país como jaula o como refugio aislado del mundo. Y corrieron hasta que se les gastaron las zapatillas, hasta que les crecieron las canas, hasta que se sentaron a pensar en el pasado. Y concluyeron en que la generación que hizo el salto fue la primera generación en no tener miedo, en no tener respuestas, en no tener hambre y quisieron reivindicarse y buscar, por más que doliera, buscar elementos reveladores del pasado. Por eso se anima a investigar y a escribir una novela como El corazón helado, a desentrañar historias familiares de la guerra civil, a mostrar el pequeño universo de una ciudad sitiada, a documentar con estilo un trozo de la historia española bajo el régimen franquista. Por eso defiende la democracia, la movida de los ochenta, el socialismo y los derechos humanos. Por eso abraza la causa de la recuperación de los cuerpos de los fusilados bajo la dictadura, para que la apertura de esas fosas, empiece a cerrar las heridas de todos los familiares de las víctimas que quieren identificar a sus muertos. Y por eso simpatizo con Almudena, por su sensibilidad, su compromiso, por su bonita manera de expresarse y de narrar, por su pasión por los libros y por todo esto, ademas de simpatizar, la admiro. Cómo me gustaría tener el doble de edad y estar ahi, sentadita como ella a sus 50, en la sala Victoria Ocampo de la Feria del Libro, hablando de mis novelas, mis cuentos y mi escritura, desprendiendo ternura y teniendo empatía con el público.

4 comentarios:

Miranda Malasaña dijo...

Coincido Makuni, Almu nos entro directo al corazón ayer a la noche. Ahora bien, no vas a contar cómo termino todo? (pensé que me encontraría con eso al leer este post)

Makuni dijo...

bueno,si, pero no sabía cómo contar que Miranda se le acercó al finalizar la charla y le dijo: te queremos regalar algo, este libro que escribió mi amiga, estando yo parada al lado con cara de quinceañera constipada y no con cara de escritora canchera.

SOWIE ♥ dijo...

makiii, encontre tu blog en la semana
y a pesar de que tenia que internarme a estudiar no podia evitar entrar cada dia a leerlo
me lo lei TOOODOO, desde el comienzo!! cada cuento, cada post
me encanta lo que escribis, y lo que transimitis con tus palabras tus estados de ánimos, tus cuentos
me gusto, y me llego, mucho
te mando un beso enormeee !!
sofi

ME dijo...

GENIA ALMUDENA CON SU CORAZON HELADO!! FELICITACIONES MAKI POR TU LIBRO Y TU BLOG!! ESTOY FANATIZADA!!!