Querer viajar. Toda la vida. Desplazar el cuerpo hacia otros lugares, renovar los aires. Con un libro bajo el brazo, unas gafas de sol y una máquina de fotos. Al mundo, viajar al mundo y que sin darte mucho cuenta, París entre en tus ojos. O que entre una montaña roja o una orilla redonda de una isla española, la arena blanca de la riviera maya, las nubes de brujas o los neones de nueva york. Que se llenen los ojos de todo lo que captan nuestros pasos dentro y fuera del mar, de los rascacielos, los parques, los lagos mansos, lo antiguo, lo kitch, lo contemporaneo. Que dejemos de desvelarnos a cualquier hora de la noche con el pelo revuelto y el pensamiento incómodo, sentados en el medio de la cama, luchando con la inconformidad de los ajustes. Que nos animemos a mover la frazada y de una vez por todas saltar adentro de un auto o un bus, un tren o una moto, un barco o un avión, saltar y trasladarnos fuera de la ciudad, fuera de nosotros, fuera de la respetable sociedad, hacer volar nuestras mentes y ablandarlas, total, no todos vamos a dar el salto al mismo tiempo y la tierra quebrarse no se va a quebrar.
(Ilustración: Izzy Klingels)
5 comentarios:
ay! se me llena el alma con esas sensaciones y esas ganas de saltar fuera de la cama y huir para encontrarme con el mundo!
me encanto maki !
saltemos, huyamos charlie!
como vos sofía, que cada álbum tuyo es un estímulo más para largarme de aquí!
Que lindo perla
LO AME.
LO AME
LO AME.
Besos.!
qué preciso y oportuno lo de saltar, sin huir, pero perdiéndose un poco, recuperar esa sensación del oxígeno que entra nuevamente en el cuerpo y nos expande y la mirada que se llena de colores y formas.
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