miércoles, 3 de noviembre de 2010

Pensándola

Es el abrazo que le falta. Su débil mirada de las cosas, del orden del mundo y de su desorden. Es el otoño en su cabeza, su pelo revuelto y enredado. Son sus ojos oscuros y su vida lejana que ella quiere alcanzar alguna vez pero que nunca alcanza. Es su domingo solitario debajo de ese árbol gigante que tiene el tronco sucio. Es su corazón abollado que no la deja pestañear en paz. Su sutil desprendimiento de los lugares y de las personas. Sus hombros caídos y sus huesos desarmados por la soledad que le pesa como un oso en la espalda. Su pequeña y gran incomodidad con su cuerpo recién abandonado. Su incertidumbre como una ola gigante que la aplasta. Esa ligera impaciencia que domina sus días. Esa memoria que la dobla y la desdibuja del mapa y luego le arranca la vida. Esa ridícula plaza que ya no le pertenece. Es ella, barro en el pecho, voz de cartón, la que mira la nada y extraña. Es ella, que estira la mano y todavía no, no puedo agarrarla.

3 comentarios:

Absolut E dijo...

Guau...
Impactacte, va al menos para mi.
Pero por la humanidad de la descripcion del estado...

No te angusties, no le descreas a el momento que estes pasando o tengas que pasar...

Todo es por algo..creo firmemente en eso..

Me encanto leerte.

Pez Susurro dijo...

"El otoño en su cabeza..."

a mi ya empieza a llenarme el pecho...


(me ha encantado)

un beso transatlántico.

Anónimo dijo...

me gustó