lunes, 14 de febrero de 2011

Que nada mas importe

Ya no me importan los mocos, ni la tos ni la garganta obstaculizada. Ni el amor me importa. Hoy fue un día entre paréntesis. No hubo mundo de lunes, no crucé otras miradas en la calle. Vienen bien, de vez en cuando estos días. La cama nos abraza, los pensamientos se relajan, el silencio nos amansa. Entonces nada mejor que buscar una película online y encontrarla. Y romper el silencio con las canciones de Edith Piaf en La Vie en Rose, con una Marion Cotillard despampanante y un relato de una vida turbulenta, llena de música, de pérdidas, pero de música. Y también disfrutar de Miguel Abuelo desde los videitos de youtube y tomarse el tiempo necesario para desentrañar las letras, para observar sus ojos, su pecho bailarín, su guitarra y su voz herida. Otra vida turbulenta, otra vida de música. Querer parecerme a ellos tanto que no puedo ni limpiarme las lágrimas. Querer ser el arte en Piaf, en Abuelo, en mi. Quererlo todo. Y encontrarme despues con ese padre que dibujando una sonrisa me dice: Pasame el bolso. Y ver que empieza a sacar, uno a uno, revistas y libros que compró en Madrid. Para vos, me dice, todos para vos. Y sentir que cada libro que saca es un sí, sí, sí, tenés que irte, sí, tenés que estar allá, allá con las letras, allá con el arte. Agarrarlos todos como si fueran flores, olerlos y subirlos a mi cuarto. También el abanico, pintado a mano, me dice, también te traje el abanico. Y sentirlo en el pecho. Es tan claro. El golpe de felicidad a pesar de los mocos, de la tos, de la garganta obstaculizada. Sentirlo adentro, un lunes, a la hora de la siesta, cuando no tengo otra cosa que hacer que no sea pensar en ese golpe. Atípico lunes que fuera de la oficina me grita al oído: hoy tenías que darte cuenta, era hoy. Entonces, sí, secarme las lágrimas y ponerme seria. Enamorada del arte, enamorada de mi futuro. Que los demás festejen bajo la luz de las velas, que los demás se besen en cuartos de hotel, que los demás se abran cuentas bancarias y pidan créditos hipotecarios. Yo amo la música, amo los libros, amo el cine. Ya te voy a dar caricias, corazón, ya va a llegar el niño parecido al amor. Eso lo tengo muy claro. Por ahora es el arte y los lunes antioficinas los que sobresaltan mi pecho y me dan la seguridad de encontrar un futuro lleno de peces de colores, lleno de luz, un futuro radiante que no se va a dejar esperar mucho más. Que vivan los días que se parecen a este lunes de verano, donde nada más importa que los latidos de un corazón descontrolado.

4 comentarios:

SOWIE ♥ dijo...

Me encantó tu lunes Maki!

Vv dijo...

ahhy dios, con fran lo leímos calladitos. Un puñalsito en nuestros pechos... que dificil y espontaneo es remontar!

Makuni dijo...

Nada de lo que no hayamos hablado ayer. Mambitos que tenemos las dos revoloteando en nuestras cabezas y que a veces pum, golpean en el pecho.

Part time punk dijo...

MUY BUENO!