domingo, 11 de octubre de 2009

Noche de Tropiezos

Sol, Gran Vía, Tribunal, Bilbao, Iglesia, Ríos Rosas, Cuatro Caminos, Alvarado, Estrecho, Tetuan, Valdeacederas, Plaza De Castilla
12 estaciones de metro le quedaban por delante a la 1.30 am de una noche que se le terminaba, un sábado que se acababa de ir.
Entró sola al metro vestida como una reina, tenía hasta un lazo en el pelo. Se sentó en frente mío con cara de nada, o mas bien cara de tengo una borachera polémica y no se como disimularlo. La mirada fija en cualquier lado.
Yo estaba terminando el libro de Fresán, me quedaban dos paradas y zas! La chica con cara de yo no soy yo soltó un vómito consistente, se formó un charco en el piso, ella siguió vomitando y la gente se apartó espantada. Mis zapatitos marrones de 7 euros se mancharon las puntas.
La chica con la cabeza baja y las piernas abiertas dejando lugar al pequeño charco. Hablo al vagón: Eh, nadie tiene un agua??? El vagón respondió que no con asco hasta que uno sacó una carilina. La chica limpió su boca y con la misma carilina intentó limpiar su bolso vomitado. Su cara, más perdida que nunca, me mira y le digo: Hacia donde vas? "Pza Castlla" Le quedaban 4 y me bajé pensando que estando su casa cerca y su pedo aminorado, aunque le cueste, iba a llegar sana y salva.
Me bajo y entro al Gourmet, la sucursal de empanadas argentinas donde estaba un grupo de amigos viendo el partido de Argentina. Casi sin hacer ruido agarro una silla y la despliego, esas de lona en el traste y en el respaldo. Me siento justo cuando un peruano mete gol, pienso soy yeta. A los 3 minutos palermo se corona santo con una patada al arco y me tranquilizo. Festejamos y luego hablamos de la noche de anoche, del marplatense que hablaba de tú y no de vos, del fiasco que resultó ser y digo: una radio el pibe, por favor qué pesado y zas! (segundo zas de la noche) me caigo al vacío, atrapada dentro de la silla que se quedó sin lona. Sin poder creerlo pienso que eso me pasa por criticar al marplatense. Los otros entre tentados y asustados me ayudan a salir del encierro y digo: no, pero me están jodiendo. Y hablo con el dueño, el que está atrás de la barra que me dice: te hiciste daño? Me hice mierda boludo, decime si es que estoy excedida de peso o si la silla es una cagada. "Para, cual agarraste? La que estaba plegada atrás de la planta?" Si, esa. "Uh no, yo la habia dejado apartada porque esta rota, la lona casi no esta agarrada de los palos." Bueno, que puntería la mía. Y casi le digo, imbécil hubieras estado mas atento y me ahorraba semejante golpe, mirá que ahora respiro y me duele. Había un médico amigo que me vio con cara de tengo la costilla rota y me dijo que no era nada, que no me preocupe. Pero tengo un moretón divino en la espalda, del lado derecho que si me giro me duele...Igual el barman trató de remarla y nos trajo un chupito invitacion de la casa. Lo huelo y pienso es una joda. Pacharán me trae el chabón. La bebida con la que casi me muero hace unos meses de coma etílico. Antes de que suba la naúsea aparto el vaso y le digo a Marina: tomate el mio.
Siendo las 3 de la mañana prefiero retirarme a mi aposento, echarme en la cama y quedarme con la noche que tuve antes de la 1.30 de la mañana, esa noche de sábado en la que cené cuscús con mi amigo Andres, su mamá y sus dos tías, que vinieron de visita desde Azul, provincia de Buenos Aires. Ese sí que fue un momento agradable.

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