jueves, 29 de octubre de 2009

Qué cosa che!

Ayer mi hermano cumplió años. 23. Madre preparó cazuela de pollo y puso la mejor vajilla, como si a los amigos de mi hermano les importara comer con platos de porcelana más que con los de plástico. Cuando ya estaban a la mesa, madre se dispuso a servir la comida.
Agarra un plato y mira con ojos atónitos que sobre el plato que estaba debajo del que ella sostenía habia un fangote de dólares. Macarena, Macarena. Macarena vení. Y mientras los muchachos hablaban unos encima de otros me acerco para ver la evidencia de que mi madre no solo está haciéndose vieja sino que es obsesivamente cuidadosa con el dinero. Me dice guardatelo y sigue sirviendo la cazuela.
¡Madre por favor! ¿Qué es esa manía de guardar verdes entre los platos? ¿Que es esa distracción tan grande? ¿Tendré que ponerme a escarbar dentro de las macetas? ¿Tendrás que asumir que se te vino el viejazo encima?
Madre se reía entre preocupada por su desliz y divertida por su descubrimiento. Debe ser algún alquiler que cobramos con tu padre por el departamentito el último verano. ¡Qué cosa che!
Fue una escena tragicómica sin desperdicio. Pero hubiera sido mejor que más distraída aun, hubiera servido la cazuela sobre los billetes, y que un muchacho al azar comiera hasta el último bocado y encontrara debajo del pollo con arroz esos ahorros escondidos. Aunque fuera 28 y no 29, y aunque fuera arroz y no ñoquis, el tipo se hubiera ganado la lotería.

3 comentarios:

majo dijo...

La pregunta es: te los regaló?

Makuni dijo...

la respuesta es: jurás!

Rochi Mendez dijo...

jajaj que bueno seria encontrarme unos dolares abajo de mis platos, no me vendrian nada mal!
Nada mejor q encontrar plata.