Late, incierto, mi corazón. Y mis párpados laten, cuando te miro. Arde y muere mi sistema nervioso. Por unos segundos todo muere. Hasta el perro que pasa caminando por la vereda vacía. Hasta las baldosas mueren. Debe ser eso. Tu voz, o tus ojos o ese maldito lunar al lado de tu boca. Y mi piel se vuelve ridículamente blanca. No me llames por mi nombre, no me roces. No me preguntes como estoy, porque, sencillamente, no estoy. Podría culparte pero no. Te pido que te vayas, que cierres tu boca, que no respires. Andate. Prefiero no verte para no morir. Aunque siga viviendo oxidada, andate.
(Imagen: Robertita)
3 comentarios:
ey se está poniendo espesa la cosa..
no te oxides makuni, recordà Madrid, por ejemplo. listos preparados yaa!
beijo*
espesa ficción!
igual Madrid es siempre la mejor salida, sea cual sea la circunstancia.
lista, preparada, ya quisiera yo...
saludos dani :)
Muy bonito. Un besote.
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