lunes, 18 de abril de 2011

¡Auxilio Ginsberg!

Dice Fitzgerald que un domingo no es un día, sino una grieta entre dos días. Y no contaba Fitzgerald con un domingo en el que se ve una película como Howl en el que la grieta se profundiza y ya no separa dos días sino que quiebra toda una semana. Howl habla de literatura. Howl es aullido. En 1957 Howl fue un poema difícil, tanto que la obra fue llevada a juicio para que se decidiera la libre publicación o la censura. Palabras obscenas, alegaba el abogado demandante, palabras innecesarias. Y Howl está escrito por Ginsberg que menudito y anteojudo, rasca hasta el fondo sus miedos, observa a los que lo rodean y empieza diciendo: Vi las mejores mentes de mi generación destruídas por la locura, hambrientas, histéricas, desnudas. Ginsberg que desgarra su corazón al apretar las teclas de la máquina de escribir, al leer frente al público su poema sagrado. Ginsberg, que se encierra en Rockland, un manicomio, que ve sufrir a su amigo Salomon, que sale de Rockland con la promesa de ser heterosexual y lavar sus culpas. Grinberg que escribe con Kerouak, que viaja con Cassedy, que se enamora de Orlovsky. Ginsberg y su poema Howl, que finalmente ganó el juicio, que libremente se pudo comprar y pasar de mano en mano. Ginsberg y su exótico mundo beat.
Pensar que Ginsberg estaba inquieto como yo, estaba inestable y se preguntaba lo mismo, que como yo sentía el miedo como un aliento en la nuca, que como yo, hablaba de esto en terapia porque realmente quería escuchar en la voz del psicólogo lo que él sabía que tenía que hacer. Por suerte, él escupió el aullido y se animó a lanzarse. Está claro: Era Ginsberg.
No encontré la escena con subtítulos en español, pero hacé el esfuerzo y mirá que simple es cuando lo cuenta James Franco en la piel del poeta. Y aplica para cualquiera, cualquiera que sepa qué es lo que lo hace feliz y sepa hacerlo y quiera escapar de un trabajo que no hace más que restar. A mi, por lo menos, me hace bien identificarme con el existencialismo de este tipo, aunque sea otra la época, otra la coyuntura, otro el país:

2 comentarios:

Anónimo dijo...

zarpadaaaaa escena!!!
YO TE LEO, YO TE BAN - CO !!!

judi

Julia dijo...

Genial, Mukuni, como si hubiera vomitado tu mismo sentir.