jueves, 5 de marzo de 2009

Taller IV

Bueno, esta vez teníamos como tema "Los Géneros" que fueron divididos en dos:
- Realismo sucio : Utiliza un lenguaje coloquial, conversacional. El lector se ve reflejado en la vida del personaje, que suele ser débil. Las historias son comunes y por lo general, terminan abiertas. Un referente de este tipo de género es Raymond Carver.
- Fántástico: Se utiliza la relación de la realidad que percibimos y la realidad del pensamiento a través del recurso de la sugestión visual que se manifiesta a través de una sucesión de imágenes. En este género cada uno apela a su imaginación dándose de esta manera, una rebelión de lo inconsciente. Un referente: Cortázar.
La consigna consistía en escribir un relato utilizando alguno de estos géneros, y yo me fui, claro está, para el lado de lo sucio, porque lo fántastico me resultó muy díficil. Admito que lo intenté, pero la idea que tuve no me terminó de convencer cuando la vi escrita, sobre todo porque no encontré una manera de cerrarla. Era un absurdo bastante caótico y preferí ir a lo seguro, asi que se me ocurrió un personaje débil protagonizanod una historia con un final abierto.
C´est la vie
Pagó el taxi y se bajó del coche con los tres monstruos. Cargaba al bebé sobre su espalda, como una mochila y llevaba de las dos manos a los mellizos. Tres niños, en qué estabas pensando Carolina.
Entró en su casa y pateó el cochecito que reposaba debajo del perchero. Se estropeó hace una semana y ahí está, estorbando el zaguán, esperando a que lo reparen. Cochecito del orto. Puso al pequeño en el andador y se despreocupó por los otros dos, que salieron al patio a jugar con el perro. Corrió las cosas del desayuno y ocupó la mesa con sus artilugios. Se sentó y apoyo los codos en la mesa, agarrándose la cara con las manos. Cinco segundos, un leve suspiro y una pincelada tras otra.
Le quedaban tres tazas, dos cajas de té y un portalápices. Pensó en Verónica, en cómo estaba vestida, en cómo se dirigió a ella para encargarle las dos cajas de té el otro día en la puerta del jardín. Me dijeron que lo que haces es divino. Le hablaba mirándola a través de sus anteojos de sol mientras que con la mano izquierda jugueteaba con las llaves del auto. Muy bien no le caía esta chica Verónica, pero mala no era porque le hizo el encargo para ayudarla. Seguro que le di lástima. Pensó en ella misma, en su cara ojerosa, en su pelo revuelto, en sus uñas comidas y en su jean de toda la vida. Pensó en el cochecito de mierda en el que llevaba a su hijo. Mejor que se haya roto la verdad. Prefiero cargar al gordo que pasear ese paragüitas inmundo.
Se hizo de noche y cortó su labor para cocinarles a los niños. Puré de calabaza y salchichas. Y a Pablo le caliento los ñoquis que sobraron de ayer. Levantó lo del desayuno, quitó sus cosas y puso la mesa para la cena. Pablo llegó cuando iban por el postre. A pesar de ser las 9 de la noche de un viernes gris y caluroso, su marido sonreía y parecía contento. Qué raro que esté así, si es fin de mes.
Mientras metía cucharadas de flan en la boca de uno de los mellis Pablo habló:
- ¿Y si vamos al cine?
- ¿Eh? ¿Vos sabés lo caro que está?
- Bueno, pero hace dos meses que no salimos. Hagamos algo amor.
- No se Pablo. Tendría que llamar a Laura para que cuide a los chicos.
- ¿Y tu vieja?
- No, no quiero joderla.
- Ok. ¿Cuánto nos cuesta que venga Laura?
- Creo que son 8 pesos por hora.
- Bueno, le dejamos lo que te haya sobrado de la guita que te di hoy.
- No me sobro nada porque vine en taxi.
- ¿Qué?
- Sí, el bondi era imposible. Explotaba de gente Pablo. Con los tres no iba a poder.
- Entonces listo. Nos quedamos.
- O le decimos a Laura que le pagamos la semana que viene.
- No, me da vergüenza. Dejá. Nos quedamos, no pasa nada. Si total…
Y se quedaron.
Pablo comió y se tiró en el sillón a ver tele. Carolina levantó los platos que se juntaron con las cosas del desayuno pero no lavó nada. Tenía que entregar los pedidos el lunes, así que volvió a apoyar el culo en la silla, volvió a agarrar los pinceles y vuelta a empezar. Esta vez suspiro más fuerte. Pintó y pintó mientras su marido hacia zapping y sus hijos jugaban risueños.
Dejó de pintar cuando no escuchó más que la voz de la televisión, que anunciaba las nuevas películas en cartelera. La apagó y agarró al bebito. Lo acostó en la cuna. Después acostó a los mellizos en sus camitas. Volvió al salón y recogió la corbata del suelo. La apretó con fuerza mientras miraba a su esposo dormir, como si él tuviera la culpa de su cansancio. Entró a su cuarto y se acostó vestida. Se acomodó en el centro de la cama porque Pablo va a pasar la noche en el sillón. Mantuvo los ojos abiertos un rato en el que miró el techo despintado, las humedades del fondo. Mañana me ocupo, no pasa de mañana.
Se puso boca abajo, hundió su cara en la almohada. Y se durmió.

2 comentarios:

autodistro dijo...

ohh, que lindo, que lindo todo, estoy con la emocion al borde, no sabia en cual postear, porque todos me daban ganas de decirte algo, asique firmo directo en este ultimo... Amiga, tienes una prosa herrrrmosa, sabelo! y la imaginacion ademas! je
Voy a visitarte mas seguido! (te encontre en el de Dola)
=)
..ahhh soy clarenciaaa! sorpresaa jee (no prestes atencion a mi blog, era para un trabajo de la facfuck)

Makuni dijo...

clara por dios, ya conozcotu blog de pe a pa mamita, si habre entrado!!!! lastima q no postees mas porque tenes un talento nato y soy fan tuya, siempre lo fui...
gracias por tu comment, seguire subiendo cuentitos!
te adoro clarencia TE ADOROOOOOO.
te llamo uno de estos dias loquita, seguramente pa tus 24 pirulos.
i miss you loca