domingo, 20 de marzo de 2011

Adiós Verano

Mis pies no quieren abrigarse. Mis ojos quieren laguna. Mis alas no quieren cerrarse. Es más fácil en verano. El sol disminuye las turbulencias, el sol estira las charlas, el sol embellece los gestos de las personas. Es una pena despedirlo, dejar de escuchar a los pájaros, dejar de caminar descalza, dejar de pasear por las noches calientes. Las amigas ya no se broncean en el borde de la pileta, ya no toman mate en el pasto ni bailan hasta la madrugada, las amigas se refugian en sus casas. El verano todo lo perdona: el sueño, los besos, las medialunas. Despojarse de todo porque es verano. Soltar las riendas, abrir el pecho, reírse a carcajadas porque es verano y luego ver que refresca, que oscurece más temprano, que el tiempo ya no es tan libre. Darse cuenta de que llega el momento de exhalar las brisas de la tarde, de olvidarse del río y las ojotas de colores, llega el momento de inhalar los vientos que despeinan los árboles, de hervir el agua para el café, de agarrar las riendas que dejamos caer al costado de nosotros mismos. Decirle adiós al verano mirando el cielo. La luna gigante y llena que allá arriba, alivia las cargas del otoño: se caen las hojas pero el sol todavía sigue calentando nuestras caras. El paisaje pierde el color pero el corazón, el corazón parece aferrarse a la luz de una estación romántica donde las bocas se llenan de besos y los ojos desbordan de felicidad.

1 comentario:

SOWIE ♥ dijo...

Que lindo maku!!!! Yo quiero verano todo el año